En el Diccionario de términos claves de ELE, el portafolio del profesor se entiende como “un producto elaborado por su titular con el objetivo de aportar muestras —también llamadas evidencias— de su labor docente y la consiguiente reflexión sobre las mismas, así como para marcarse objetivos de enseñanza-aprendizaje”. (Centro Virtual Cervantes)
Se dice de él que tiene dos funciones: por un lado, acreditar el trabajo para su evaluación exterior y, por el otro, como herramienta de formación, pues permite “tomar conciencia de la propia actuación pedagógica y de los objetivos de formación que se fijan a partir de esa conciencia”. (Centro Virtual Cervantes) Es, en este sentido, una herramienta de gran utilidad pues permite “una evaluación formativa de la docencia, para retroalimentar al profesor y ayudarle a reconocer sus potencialidades y los aspectos que requiere modificar” (Centro Virtual Cervantes).
Ahora, yo considero que la carpeta reflexiva del profesor es importante porque, desde mi postura, el hecho mismo de ser profesor exige que nos observemos a nosotros mismos y nos construyamos como lectores críticos (en el sentido freireano). Relaciono el punto que hacen quienes hablan de la importancia de tomar distancia de la propia práctica, con un relato que comparte Paulo Freire en sus Cartas a quien pretende enseñar. El pedagogo habla de un curso que dio en una isla de África Occidental en la que un grupo de jóvenes habían de capacitarse como alfabetizadores. Los jóvenes se enfrentaron a la tensión entre teoría y práctica. En una discusión sobre codificaciones en un círculo de cultura de veinticinco participantes sucedió lo siguiente:
Fue precisamente en una de esas tardes de capacitación, durante la discusión de una codificación que retrataba a Porto Mont, con sus casitas alineadas a la orilla de la playa frente al mar y con un pescador que dejaba su barco con un pescado en la mano, cuando dos de los participantes se levantaron como si se hubiesen puesto de acuerdo y caminaron hasta una ventana de la escuela en la que estábamos, y mirando a Porto Mont allá a lo lejos dijeron, volviéndose nuevamente hacia la codificación que representaba al pueblo: "Si, Porto Mont es exactamente así, y nosotros no lo sabíamos."
Hasta entonces, su "lectura" del lugar, de su mundo particular, una "lectura" hecha demasiado próxima del "texto", que era el contexto del pueblo, no les había permitido ver a Porto Mont como realmente era. Había cierta "opacidad" que cubría y encubría a Porto Mont. La experiencia que estaban realizando de "tomar distancia" del objeto, en este caso de la codificación de Porto Mont, les permitía una nueva lectura más fiel al "texto", vale decir, al contexto de Porto Mont. La "toma de distancia" que la "lectura" de la codificación les permitió, les posibilitó o los aproximó más a Porto Mont como "texto" que está siendo leído. Esa nueva lectura rehizo la lectura anterior, por eso dijeron: "Sí, Porto Mont es exactamente así, y nosotros no lo sabíamos." Inmersos en la realidad de su pequeño mundo, no eran capaces de verla. "Tomando distancia" de ella emergieron y, así, la vieron como jamás la habían visto hasta entonces.
Considero que el diario del profesor puede ayudar a tomar distancia de nuestra práctica docente (el texto). Pienso en el ejemplo del diario de observación que realicé para una clase de literatura. Cuando estaba en clase, lo que anotaba eran sólo rayones sobre las actividades que se realizaban o alguna actitud de los alumnos o el profesor. Era hasta después, cuando me sentaba a redactar las entradas para varios días de observación, que tomaba distancia de la realidad de la clase y trataba de identificar temas en mis observaciones. De esta forma, si por ejemplo, en alguna ocasión el profesor dedicaba mucho tiempo a apuntar en el pizarrón, en la entrada de mi diario yo me preguntaba sobre la idoneidad de esta actividad para el contexto particular de la clase, o sugería alternativas. Sin embargo, estoy consciente de que observar a otros y observarse a uno mismo es muy distinto.
Otro punto por el que me parece importante realizar un diario del profesor es la sistematización de la información: yo como profesora puedo tener muchos conocimientos, experiencias, participaciones en congresos, etcétera, pero si todo lo guardo en mi mente o lo tengo en papeles dispersos y sin coherencia, en el momento en el que se me presente una oportunidad de crecimiento en una institución, el no tener algo concreto que presentar como evidencia de que hago un buen trabajo, las consecuencias pueden ser negativas. Estoy segura de que realizar un buen diario de profesor requiere una cantidad importante de horas añadidas a las horas frente a grupo, y que mantenerlo actualizado requiere mucha disciplina.
En resumen, la realización un portafolio es importante para mí como profesora de E/L2 principalmente por las siguientes razones: me ayuda a construirme como lector crítico y tomar distancia de mi práctica, favorece la disciplina en la sistematización de la información, sirve como evidencia de mi trabajo, y es potencialmente una herramienta de desarrollo profesional.
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